Ya hemos visto muy por encima las dos formas de leer una canción. Bien a través del solfeo o bien a través de su trascripción a través de una tablatura. Cada una tiene sus ventajas e inconvenientes, que es lo que vamos a tratar de esbozar hoy :-)
La tablatura tiene una limitación principal: no se indica la estructura rítmica ni los tiempos de las notas. Esto implica que el lector debe conocer la canción y haberla oído para poder tocarla. Es necesario hacer uso de la memoria junto con la tablatura :-) Aunque esta limitación parezca pequeña, es la que tiene la culpa de que muchas veces pese a tener una buena trascripción de la canción, no seamos capaces de hacer que suene bien y que se parezca al original. Por otro lado, su principal ventaja es que son más fáciles de entender que el solfeo.
El solfeo en cambio le pasa justo lo contrario. Su principal problema: suele ser más difícil de leer y entender, sobretodo para gente no experta. Su mayor ventaja nos da toda la información que necesitamos para tocar una canción aunque no la hayamos oido nunca, ya que se incluye información precisa sobre los tiempos y la duración de cada nota.
Y ahora llega la gran pregunta, ¿cuál elegimos? Pues como persona que llegó al solfeo después de haber estado aprendiendo por mi cuenta y leyendo tablaturas, creo que el solfeo ofrece muchas más ventajas que inconvenientes, aunque requiere mayor dedicación sobretodo al principio. Además, en muchas canciones la tablatura es también necesaria para saber dónde tocar las notas que nos indique el pentagrama. Así que como conclusión, cuando queráis aprender una nueva canción, utilizaría una versión que venga cifrada con las dos versiones de esta forma podremos tener a la vez la legibilidad de la tablatura y la información adicional que sobre tiempos nos da el solfeo :-)
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